lunes, 21 de diciembre de 2015

 


NAVIDAD 2015. LA PARROQUIA DE SAN FRANCISCO DESEA A TODOS LOS FELIGRESES POR MEDIO DE ESTE BELEN UNAS FELICES FIESTAS.
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CADA DÍA SU AFÁN 19 de diciembre de 2015


EL SALUDO DE LA IGLESIA
 El día 8 de diciembre de 1965 se clausuró el Concilio Vaticano II con la misa celebrada por Pablo VI en la Plaza de San Pedro.  Aquella mañana oímos de los labios del Papa  un saludo dirigido a toda la humanidad. Cinco pensamientos quedaron flotando en el recuerdo: 
• “Como el sonido de las campanas se extiende por el cielo y llega a todos los que encuentra en el radio de expansión de sus ondas sonoras, así nuestro saludo se dirige   a todo el mundo: A los que lo acepten y a los que lo rechacen (…) Nadie es en principio inalcanzable desde este centro católico romano. Nadie es extraño para la Iglesia católica, a nadie se le excluye, nadie es lejano”.
En un segundo momento, Pablo VI trataba de expresar el mismo sentimiento de cercanía a todos los hombres, pero aludiendo al amor humano:
 • “Cada uno de aquellos a quienes se dirige nuestro saludo es un llamado, es un invitado; y, en cierto modo, alguien ya presente. Que lo diga si no el corazón del que ama: el amado es siempre un presente. Y nosotros, especialmente en este momento, y en virtud de nuestro mandato universal, pastoral y apostólico, amamos a todos, absolutamente a todos”.
Después de recordar a los fieles presentes, a los enfermos y a los obispos retenidos y encarcelados para impedirles asistir al Concilio, el Papa expresaba su voluntad de diálogo:
• “Dirigimos también este saludo universal a vosotros los hombres que no nos conocéis, a los hombres que no nos comprendéis, a los hombres que no nos juzgáis útiles, necesarios o amigos; e incluso a vosotros los que nos combatís, quizá creyendo obrar bien. Un saludo sincero, un saludo discreto, pero lleno de esperanza; y hoy, creédnoslo, lleno de aprecio y de amor”.
Pablo VI quería subrayar que su saludo era distinto de los saludos ordinarios con que nos despedimos después de un encuentro.
• “No es el nuestro un saludo de despedida que separa, sino de amistad que permanece o nace ya desde ahora si es preciso…Nuestro saludo quisiera llegar al corazón de cada uno, entrar en él como un huésped querido y pronunciar en el silencio interior de vuestro espíritu la palabra habitual e inefable del Señor: Os dejo la paz, os doy la paz, no como la da el mundo”.
Por último, Pablo VI apuntaba a una dimensión espiritual y trascendente de aquel saludo que dirigía a toda la humanidad, al cerrar el Concilio:
• “Nuestro saludo tiende a otra realidad superior. No es solo un intercambio de palabras entre nosotros, sino que reclama a otro presente, el Señor mismo, invisible, sí, pero operante en el tejido de las relaciones humanas.  Lo invita y le pide que haga brotar en quien saluda y en quien es saludado nuevas bendiciones, la primera y más preciosa de las cuales es la caridad”. 
Universalidad, presencia, aprecio, paz y caridad. He ahí cinco características del saludo de Pablo VI al mundo. Seguramente esas cinco notas del saludo de la Iglesia siguen siendo válidas y necesarias todavía.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Día de Todos los Santos y Difuntos: las costumbres fuera de España



CEMENTERIO MEXICO

                
 
El Día de Todos los Santos y el Día de Difuntos tienen gran arraigo en España. El 1 y el 2 de noviembre, los cementerios de todo el país se llenan de gente que acude en masa a honrar a sus seres queridos. Y esto incluye lustrar las lápidas y adornar las tumbas con grandes ramos de flores.
Nuestro objetivo, como el de otros países tipo Francia o incluso Venezuela, es adornar los camposantos. ¿Pero qué pasa en el resto del mundo? Repasamos algunas de las tradiciones que se llevan a cabo en otros rincones del planeta. De México a Filipinas.
LAS CALAVERITAS DE MÉXICO
El 1 y 2 de noviembre son los días más importantes en el calendario mexicanos. Porque esos días se honra en clave de fiesta a los que ya se han ido. Los niños primero (el 1) y después los adultos (2). Para celebrar esta fecha se preparan múltiples postres. Uno de ellos es el pan de muerto, hecho con levadura, aunque el más importante son los cráneos hechos de azúcar para regalar a los amigos. Pero dentro de la tradición mexicana destacan las calaveritas, antes llamadas panteones. Son versos escritos por la gente y que narran de forma graciosa el encuentro con la Muerte de amigos o personajes de la política.
COMER EN EL CEMENTERIO
El Día de Difuntos se considera un día de fiesta en muchos países del mundo, especialmente en latinoamérica. En Perú, por ejemplo, se acude al camposanto para disfrutar de comida (piezas de pan y chicha morada) y bebida (cerveza) alrededor de las lápidas de los seres queridos. Y en Ecuador, algunas comunidades indígenas, comen sobre la tumba del fallecido.
También en Filipinas se honra a los fallecidos de una forma similar. Los cementerios se adornan con flores y cirios y los familiares de los muertos comen, beben y hasta juegan al póquer en torno a sus tumbas.
CANCIONES EN EL CEMENTERIOS
No, no es música triste la que suena en los cementerios de países como México o Perú en el Día de Difuntos. Los familiares y amigos del finado acuden a visitarlo y, guitarra en mano, les dedican alegres canciones para animar el ambiente. En México llegan a ir Mariachis o tríos y en Perú las citas son como las del vídeo.

En España la tradición está a punto de importarse porque la ONG Alianza por la Solidaridad ha lanzado la campaña Cantaré sobre tu tumba (versionando el título de la canción de Siniestro Total) para promover las herencias solidarias. La organización se ofrece visitarte en el Día de Todos los Santos y cantarte tu canción favorita si los incluyes en tu legado.
MINIALTARES
Esta costumbre es habitual en Perú y México, los países latinoamericanos donde más se vive el Día de todos los Santos y el Día de Difuntos. Basándose en la creencia de que en esta fecha las almas regresan a casa, los peruanos, especialmente de las zonas rurales, crean pequeños altares para los difuntos que regresan. Estos altares suelen tener elementos significativos para los personas honradas así como una foto de las mismas, velas, flores y sus alimentos favoritos. Los altares se exponen en las casas durante la noche y al día siguiente se llevan a los cementerios.
VELAS Y CALLES VACÍAS
Zaduszki es el nombre que recibe la fiesta que se celebra en los países eslavos como Polonia. Aquí los cementerios se iluminan con miles de velas, representando una imagen única. En estos días (1 y 2 de noviembre) se cocinan platos típicos y se tienen costumbres arraigadas. La tradición manda irse a la cama pronto sin recoger la mesa para no distraer a los muertos de la celebración de su día de fiesta. Tampoco se podía salir a la calle y sacar la basura y los perros deben quedarse atados. También se prohibía blanquear el horno o las paredes de la casa para no rociar a los muertos con arcilla y cal. Estas costumbres se dan en otros países eslavos como Serbia, Eslovenia y Eslovaquia.
DORMIR EN EL CEMENTERIO
Esta es una costumbre arraigada en buena parte del territorio nicaragüense. La gente acude a pasar la noche a los camposantos y dormir junto a sus seres queridos. Les acompañan velas y flores que decoran los espacios.
SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS. B.

REFLEXIÓN - SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS - 1 de noviembre de 2015


SANTOS Y FELICES
“Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos”.
Siempre nos fascina esa visión del libro del Apocalipsis que se proclama en la primera lectura de esta solemnidad de todos los Santos (Ap 7, 2-14). Nos impresiona esa multitud de mártires que han ganado la palma del triunfo con su sangre. Ellos son los que forman el gran coro de los que aclaman y cantan: “La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero”.
Paradójicamente, los mártires “han blanqueado sus mantos en la sangre del Cordero”. Se han negado a adorar a los ídolos que cada día se presentan exigiendo nuestra adoración.  Ellos son lo mejor de esta tierra. Son los que han entendido como nadie la libertad de adorar al único que merece nuestra adoración.

LA VERDAD DEL SER HUMANO

Hoy todos coinciden en exaltar el ideal del hombre, su imagen y su dignidad. Pero el coro se divide al pretender señalar qué es el hombre, cuáles son las notas que lo definen. En qué consiste su dignidad.
Unos afirman que es libre pero olvidan que ha de ser solidario.   Otros afirman que todos los srrs humanos son iguales, pero parecen dispuestos a olvidar que cada uno es un individuo único e irrepetible. 
En el evangelio de hoy leemos una vez más el texto que recoge las bienaventuranzas incluidas en el Sermón de la Montaña (Mt 5, 1-12). Con frecuencia las vemos como escandalosas. Sin embargo, en ellas está la clave de la felicidad.
Jesús es la Palabra de Dios y también la imagen definitiva y perfecta del ser humano. Las bienaventuranzas que él proclamó nos revelan la verdad última del hombre. Nos dicen qué significa ser humano en plenitud. Nos recuerdan los valores profundos que hacen que nuestra existencia sea humana y humanizadora.

CAMINOS DE FELICIDAD

Muchas imágenes del ser humano son engañosas. En las bienaventuranzas Jesús nos dice qué significa ser persona. Y cómo se puede ser feliz.
• La felicidad no está en acaparar bienes, sino en compartirlos.
• La felicidad no está en la violencia, sino en la humildad y la mansedumbre.
• La felicidad no está en el desdén hacia los afligidos, sino en la compasión
• La felicidad no está en la instalación, sino en el camino hacia el bien.
• La felicidad no está en el individualismo, sino en la misericordia.
• La felicidad no está en la mentira, sino en la limpieza del corazón.
• La felicidad no está en el conflicto, sino en la lucha por la concordia
• La felicidad no está en la traición, sino en la fidelidad a la fe y al amor.
- Señor Jesús, nosotros proclamamos que solo tú eres Santo. Que tu ejemplo y tu palabra nos ayuden a seguirte por el camino que han seguido todos los santos que en el mundo han sido. Tú que vives y reinas y nos esperas por los siglos de los siglos. Amén
                                                                           José-Román Flecha Andrés

viernes, 12 de junio de 2015

jueves, 11 de junio de 2015

EL HOMBRE Y LA VIDA

                                               
LA FE TIENE ALGO QUE DECIR A LA SOCIEDAD
El marxismo ha acusado a la fe cristiana de alienar a los creyentes y de alejarlos de las reales necesidades del pueblo. Por otra parte, en la cultura occidental se ha presentado la fe como un sentimiento meramente personal, negándole toda pretensión de influir en la vida pública. 
Ya el Concilio Vaticano II había respondido adecuadamente a ambos  prejuicios, por ejemplo en la Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo de hoy, afirmando que la esperanza del mundo futuro nos exige comprometernos en la edificación del mundo presente (GS 39).
 Pues bien, en el capítulo cuarto de su exhortación apostólica La alegría del Evangelio (EG), también  el Papa Francisco desmiente esas viejas acusaciones, al afirmar que “en el corazón mismo del Evangelio está la vida comunitaria y el compromiso con los otros”  (EG 177). 
Con motivo de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York, se escribió que los creyentes en un Dios absoluto son la causa de la violencia y del fundamentalismo. No es verdad. Nuestra fe en el Dios de Jesucristo  promueve el amor al prójimo, la fraternidad y la justicia y nos lleva a ejercer el servicio de la compasión que comprende, asiste y promueve a la persona (EG 178-179).
La esperanza cristiana mira a un futuro absoluto, pero siempre genera historia en el presente (EG 180-181). La Iglesia se siente obligada por su fe a concretar en la práctica los grandes principios sociales (EG 182). La razón es muy sencilla: la fe no puede relegarse solamente al ámbito de la intimidad de las personas. “Una auténtica fe –que nunca es cómoda e individualista- siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra” (EG 183).

SOLIDARIDAD Y DESARROLLO

El Papa evoca algunos de los muchos textos bíblicos que nos llevan a escuchar el clamor de los pobres y a socorrerlos (EG 187). Esta escucha no es una misión reservada a unos pocos santos como Francisco de Asís o Teresa de Calcuta. Todos los creyentes estamos llamados prestar una atención personal a los pobres pero también a cooperar para resolver las causas estructurales de la pobreza, para promover el desarrollo integral de los pobres y para hacernos solidarios con las miserias que encontramos cada día a nuestro paso (EG 188).
Es cierto que el valor de la solidaridad se ha puesto de moda desde hace unos años, pero habrá que tener en cuenta su ambigüedad. De hecho, a veces se la entiende como un simple  sentimiento pasajero, con mucha frecuencia motivado solamente por los desastres naturales.
El Papa Francisco evoca la solidaridad en una frase que puede resultar sorprendente a los que estaban acostumbrados a subrayar el derecho a la propiedad privada. Es cierto que esta enseñanza ya era habitual en la Doctrina social de la Iglesia, pero la formulación actual puede resultar novedosa:
“La posesión privada de los bienes se justifica para cuidarlos y acrecentarlos de manera que sirvan mejor al bien común, por lo cual la solidaridad debe vivirse como la decisión de devolverle al pobre lo que le corresponde” (EG 189). Así pues, el derecho a la propiedad privada se justifica por su función de servicio al bien común. 

DEFENSA DE LA NATURALEZA

Esta reflexión papal sobre la solidaridad implica también un inevitable compromiso personal y social con vistas a la defensa de la naturaleza. Hay quien se cree dueño de la tierra y piensa que puede explotar sus recursos de forma interesada.
En su encíclica Caridad en la verdad, Benedicto XVI propugnaba el ejercicio de la caridad intrageneracional y de la caridad intergeneracional. Según él, nuestros atentados contra el ambiente dañan fundamentalmente a los pobres de hoy, pero privan también de bienes necesarios a los habitantes futuros del planeta. El Papa Francisco recuerda oportunamente que “el planeta es de toda la humanidad y para toda la humanidad” (EG 190).
Como respondiendo a conocidos y anticuados clichés ambientalistas y demográficos, de tipo maltusiano, ampliamente utilizados por organismos internacionales, afirma también que “existe alimento para todos; el hambre se debe a la mala distribución de los bienes y de la renta…y de la práctica generalizada del desperdicio” (EG 191).

jueves, 11 de junio de 2015

DOMINGO 11º DEL TIEMPO ORDINARIO B

REFLEXIÓN-DOMINGO 11º DEL TIEMPO ORDINARIO. B. 14 de junio de 2015

ÁRBOLES Y AVES
“Arrancaré una rama del alto cedro y la plantaré…Y todos los árboles silvestres sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los árboles humildes, seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos”. Con un lenguaje alegórico, este texto del profeta Ezequiel describe algunos rasgos del proceder de Dios (Ez 17,22-24).
En primer lugar, el profeta subraya la iniciativa de Dios. Él es quien elige los pueblos, los eleva o los deja de lado, como hace el labrador con los esquejes de los árboles que decide trasplantar de un terreno a otro.
En el texto se repite dos veces la palabra “arrancaré” y tres veces la palabra “plantaré”. Con estas promesas se  deja entrever la voluntad de Dios y su iniciativa sobre la historia de las personas y de los pueblos
La lección queda aclarada al final: “Yo soy el Señor… Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré”. Evidentemente, no tiene sentido la altanería humana. Una enfermedad, una catástrofe natural o unas elecciones políticas pueden cambiar la vida de una persona o la de un pueblo.
 
LA ESPERANZA EN PARÁBOLAS

Hoy escuchamos dos parábolas que solo se encuentran en el evangelio de Marcos (Mc 4, 26-34). Con las dos trata Jesús de exponer el misterio del Reino de Dios. Su lenguaje y las imágenes que emplea podían llegar perfectamente a la mente de los oyentes del Maestro.
 • En la primera el reino de Dios se compara con un hombre que echa la simiente en la tierra y se aleja del campo, mientras que la semilla va creciendo por sí sola, sin que él sepa cómo. Es claro que nuestra evangelización y testimonio puede llevar el Reino de Dios a un lugar o a una cultura. Pero no depende de nosotros que eche raíces y prospere.
• En la segunda parábola se menciona la semilla de la mostaza. Es tan pequeña como la punta de un alfiler. Pero crece hasta convertirse en un árbol. Así es el Reino de Dios. Los que sólo piensan en grande, nunca sospecharían que una iniciativa de evangelización, aparentemente insignificante, puede llegar a dejar un rastro importante en el mundo.
La primera parábola nos invita a vivir en humildad, porque el Reino de Dios crece aunque nosotros nos quedemos dormidos. La segunda parábola nos anima a vivir en la esperanza, puesto que el Reino de Dios tiene una fuerza que no podemos sospechar.  
 
LAS AVES Y SUS NIDOS

Así pues, las dos parábolas contienen una crítica de las dos tentaciones habituales contra la esperanza: la presunción de quienes se atribuyen todos los méritos de la evangelización, y la desesperanza de quienes desconfían de la fuerza del Evangelio. En el fondo, ambos creen en sí mismos más que en el poder de la Palabra de Dios.
• Pero hay un detalle común que se encuentra tanto en la profecía de Ezequiel como en la catequesis de Jesús: la alusión a los pájaros y a los nidos. Las aves del cielo pueden llegar a anidar tanto entre las altas ramas del cedro como entre las ramas de un árbol más modesto como es el de la mostaza. Los pájaros viven y cantan en los árboles, sea el que sea su tamaño.  
• Así pues, el resultado de la evangelización no depende solamente de la vigilancia del sembrador, ni del tamaño o la aparente importancia de su  iniciativa, ni de la altura o la calificación social del desarrollo que alcance según la apreciación habitual. Evidentemente, “lo esencial es invisible para los ojos”. Todo es gracia
- Padre celestial, mira compasivo nuestra voluntad de colaborar en la llegada de tu Reino, líbranos del orgullo y también del desaliento, para que en todo se vea la fuerza de tu gracia. Amén.

viernes, 5 de junio de 2015

lunes, 1 de junio de 2015

SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y SANGRE DE CRISTO B

REFLEXIÓN- SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y SANGRE DE CRISTO.B. -7 de junio de 2015

                                       Última Cena. Panteón de los reyes de la Basílica de San Isidoro. León
LA SANGRE DE LA ALIANZA
“Esta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos mandatos”. Con estas palabras acompaña Moisés el rito de asperjar a las gentes de su pueblo con la sangre de los animales degollados como sacrificio de comunión (Ex 24, 8).
Estas palabra están colocadas como culminación de lo que se suele conocer como el “Códice de la Alianza”. La experiencia religiosa del Monte Sinaí significa la revelación de Dios al pueblo de Israel. El Dios que lo ha liberado de la esclavitud sufrida durante tantos años en las tierras de Egipto. El único de Dios.
Ahora bien, la iniciativa liberadora de Dios no estaba completa si el pueblo no asumía de forma responsable la tarea de continuar su liberación. Eso significan las normas contenidas en el Decálogo. De ahí que la moral de Israel haya que entenderla como la “Moral de la Alianza”.
La aspersión con la sangre de las víctimas ofrecidas al Señor es el sello que viene a ratificar esa alianza entre Dios y su pueblo. Hay un pacto de Sangre entre el libertador y los liberados. La libertad es un don gratuito, pero es también una tarea responsable 

LA ENTREGA DEL PAN

El texto evangélico que hoy se proclama nos sitúa en el contexto de la última cena que  Jesús celebra con sus discípulos antes de su muerte. Dos de ellos la han preparada en la casa del hombre del cántaro. Se supone que es la cena pascual. Los hebreos sacrifican en el templo los corderos y dan gracias por la liberación que Dios concedió a sus padres.
Mientras están a la mesa, Jesús toma el pan, pronuncia la bendición, lo parte y se lo da a sus discípulos: diciendo: “Tomad, esto es mi cuerpo”. La entrega del pan, significa que Jesús ha entregado su vida por los suyos y ha de entregarla de forma definitiva.  Aquel gesto abrazaba los tiempos. A la vez recordaba esa entrega y la anticipaba. 
Pero, al mismo tiempo aquel gesto se convertía en modélico y normativo. Los discípulos habrían de repetir el signo y su significado. Celebrarían la eucaristía con fe en su Señor. La repetirían en la esperanza de su manifestación. Y la convertirían en memorial y signo de su caridad, es decir de su amor a su Maestro y de su amor recíproco.

EL VINO NUEVO

A continuación Jesús hace lo mismo con una copa de vino. Pronuncia la acción de gracias a Dios, la pasa a sus discípulos y todos van bebiendo de ella. Las palabras del Maestro han quedado grabadas en la memoria de los suyos:
 • “Esta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos”. Jesús es el nuevo Cordero de la Pascua nueva y universal. Con la sangre de Jesús, Dios renueva su alianza. Pero ahora no la ofrece solamente por los hebreos que peregrinan por el desierto. La ofrece en señal de redención por todos los hombres.
• “No volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el Reino de Dios”. La copa se pasaba de mano en mano como signo de comunión. Nos impresiona esa certeza de Jesús de que ya no beberá vino. Pero lo verdaderamente importante está en la segunda parte de la frase. Jesús anuncia la total novedad de la comunión fraterna en el Reino de Dios.
- Señor Jesús, en este día en que veneramos el regalo de tu cuerpo y de tu sangre, te damos gracias por el signo del pan y del vino. Por haberte quedado con nosotros en la Eucaristía. Por entregarte cada día por nosotros. Y por anunciarnos la eterna novedad del amor y del servicio compartido. Amén. 

Carta de Albert Einstein a su hija



El Amor. Carta de Albert Einstein a su hija

A Lieserl Einstein.
Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo.

Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación.



 



Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros.Esta fuerza universal es el AMOR.

Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas.

El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras.El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo.El amor revela y desvela.Por amor se vive y se muere.El Amor es Dios, y Dios es Amor.



Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.

Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.

Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía.
Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser sintiente que en él habita, el amor es la única y la última respuesta.



Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada.

Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida.

Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta!.

Tu padre,

Albert Einstein

 

domingo, 17 de mayo de 2015

sábado, 16 de mayo de 2015

SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR. B.

REFLEXIÓN-SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR. B. 17 de mayo de 2015

LA LLAMA DEL DESEO
“Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo, volverá como le habéis visto marcharse”. Los apóstoles contemplaban a su Maestro irse hacia los cielos. De pronto, una nube se lo quitó de la vista. Y dos hombres vestidos de blanco los increparon con esas palabras    (Hech 1,11).
A los cristianos nos condenan a veces por mirar a los cielos y despreciar este suelo. Al menos, eso dicen. Pero otras veces nos acusan de mezclarnos en los asuntos de esta tierra, en la que compartimos gozos y esperanzas con nuestros vecinos. La clave es el modo como vivimos la esperanza. El Señor no se ha ido de esta tierra. En ella esperamos su manifestación. 
 A los sesenta años de la muerte de Teilhard de Chardín,  recordamos una frase vibrante que nos dejó al final de su libro “El Medio divino”: “Cristianos, encargados tras Israel de conservar siempre viva sobre la tierra la llama del deseo, tan sólo veinte siglos después de la Ascensión, ¿qué hemos hecho de la espera?”. 

 EL EVANGELIO Y EL MUNDO

Jesús no quería que la espera se confundiera con la pasividad del aguardo. Con su ascensión a la gloria de Dios nos dejaba un encargo inesquivable.  El evangelio que se proclama en esta fiesta de la Ascensión del Señor nos recuerda el último encargo que Jesús nos dejó: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación” (Mc 16,15). 
• La fe sólo se conserva cuando se comunica. Creer es crear. Proclamar el evangelio es la primera tarea del que cree que esa buena noticia de salvación es también el camino para la humanización de la persona y de la sociedad.
• La esperanza sólo se mantiene cuando se contagia y nos lleva a la acción. Esperar es operar. Y ponerse en camino hacia las últimas periferias de la tierra, como repite el Papa Francisco una y otra vez.
• Y el amor no puede ser verificado si no se traduce en gestos visibles y en obras concretas. El amor no es sólo un sentimiento. Es, sobre todo, un compromiso con toda la creación: con el ser humano y con la casa del mundo en el que vive.

LA FE Y LOS SIGNOS

 El evangelio de Marcos concluye con una anotación en la que se da cuenta de la fidelidad con la que los apóstoles cumplieron el último mandato del Señor: “Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba la palabra con los signos que los acompañaban”.
• A lo largo de dos milenios, los discípulos del Señor han llevado el Evangelio de Jesús a todos los rincones de la tierra. Los discípulos actuales no podemos silenciar esta Palabra.
• Los evangelizadores no estamos solos. Y no estaremos solos al proclamar el Evangelio. El Señor nos precede y nos acompaña con su luz y con su fuerza.
• Algunos dicen que los discípulos de Jesús no hemos hecho nada por este mundo. No es verdad. Ahí están los signos de convivencia y de progreso en los que se ha manifestado la fe.  
- Señor Jesús, en la solemnidad de tu Ascensión a los cielos miramos a lo alto para contemplar tu gloria. Pero también miramos a esta tierra a la que tú nos has enviado. Sabemos que tú vas con nosotros y mantienes viva en nosotros la llama del deseo. 
                                                                                       José-Román Flecha Andrés

miércoles, 29 de abril de 2015

martes, 28 de abril de 2015

DOMINGO 5º DE PASCUA B

REFLEXIÓN-DOMINGO 5º DE PASCUA 3 de mayo de 2015

LA VID Y LOS SARMIENTOS

“La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad del Señor y se multiplicaba animada por el Espíritu Santo”.  Así se refiere en uno de los “sumarios de los Hechos”, con el que se cierra la primera lectura de la misa de hoy   (Hech 4,11-12).
Es un panorama que rezuma la armonía de una vida cristiana fervorosa y consecuente. Lo cual no significa olvidar y negar las persecuciones que desde el primer momento se abatieron sobre los apóstoles, sobre Esteban.
Pero más que la paz exterior nos encanta esa nota sobre la armonía interior de una Iglesia que crece y se desarrolla. Es una comunidad que confía en la fidelidad que el Señor le muestra cada día. Y que trata de responder con fidelidad a la elección y a la vocación que ha recibido.
Claro que nada de eso habría sido posible sin la fuerza experimentada en Pentecostés. Tampoco hoy será posible crecer en la fidelidad si no nos ayuda la gracia del Espíritu Santo. 

 LA VIDA Y EL FUEGO

A ese recuerdo agradecido corresponde de alguna manera la palabra de Jesús que se proclama en el evangelio de este quinto domingo de Pascua  (Jn 15,1-8). En ella se nos recuerda la necesidad de ser fieles al que es la fuente de nuestra vida, 
• Jesús se nos revela como la verdadera vid. Era esta una imagen muy querida por su pueblo. Los profetas habían identificado muchas veces a Israel, con la viña plantada por Dios. Una viña de la que él esperaba los mejores frutos y de la que solo recibió agrazones. Jesús es la nueva y definitiva vid.
• Los discípulos de Jesús son comparados con los sarmientos. Cuando están unidos a la vid reciben de ella la savia de la vida y pueden producir los  frutos esperados. Si los sarmientos se separan de la vid, se secan, no pueden producir fruto por sí mismos y no tienen otro destino que arder en el fuego del hogar.
 La alegoría se aplica a todos nosotros. Sólo nuestra soberbia nos hace pensar que estar unidos a la vid, que es Jesucristo coarta nuestra libertad. Pero esa sería nuestra perdición. La fidelidad al Evangelio y a la Iglesia es la fuente de nuestra vida y la garantía de los frutos.  

EL PADRE  Y LOS DISCÍPULOS

 Este mensaje nos interpela. Sobre todo, porque la alegoría evangélica no se detiene en una amenaza de condenas y de fuego, sino que se abre a una hermosa perspectiva:
• “Con esto recibe gloria mi Padre”.  Jesús alude muchas veces a la gloria de su Padre. El Papa Francisco nos ha dicho que demasiadas veces buscamos nuestra propia gloria. Pero no es ese el deseo del Señor. No está en eso nuestra felicidad.  
• “Con que deis fruto abundante”. Demasiadas veces se acusa a los cristianos de una presunta esterilidad. Se dice que no contribuyen al progreso y la cultura. No es cierto. Jesús quiere que demos frutos de paz y de justicia, de verdad, de bondad y de belleza.  
• “Así seréis discípulos míos”. Jesús decía que la fe no consiste en meras palabras, sino en las obras concretas, en las que se manifiesta nuestra aceptación de la voluntad de Dios. Es decir, en la fidelidad que nos mantiene unidos a la vid.  
- Señor Jesús, te reconocemos como la Vid de la que brota nuestra vida. Sabemos que sin ti no podemos dar los frutos de la fe, de la esperanza y del amor. No permitas que nos apartemos de ti. Amén. Aleluya.