Me preocupa (pensamientos en -des-orden tras la entrevista del Papa en Cuatro)
- Me preocupa que cuando habla lo entiende mi abuela y mi sobrino pequeño, ¡qué puede pasar cuando se nos entienda a los curas y religiosos!
- Me preocupa que apenas dice nada nuevo… ¡pero cómo transmite y llega! ¿Qué hemos estado haciendo durante tantos años con un mensaje y una sabiduría tan desbordante, vital y necesaria con la que hemos ahuyentado a la gente? Será que hemos de aprender a hablar lo que entiende el pueblo y no los ilustrados y sabios de despacho. Si no fuera por lo atrevida de la comparación diría que habla como Jesús de Nazaret, para la gente sencilla y rural.
- Me preocupa que en 45 minutos de entrevista no haya salido el sexo, la homosexualidad y otros temas morales que, al menos aquí en España han llenado documentos, homilías y declaraciones en las últimas décadas.
- Me preocupa que sea tan evangélico y tan poco oportunista. Si ha de decir que le preocupa la cuestión catalana, lo dice, sin partidismo ni demagogia, sin juzgar el hecho sino lo que mueve de fondo el planteamiento independentista (¿emancipación o secesión?).
- Me preocupa verme tan lejos de su entraña evangélica, de su verbo rápido y meditado, de sus imágenes simples y locuaces, de su tino y su acierto… ¡Cuánto he de rezar, leer, escuchar, ver, pensar, estudiar… todavía!
- Me preocupa que muestre tan poco “respeto” al protocolo, al boato, las formas, lo políticamente correcto y los tratos eclesiásticos. Este hombre huele demasiado a pueblo y poco a monseñores; huele mucho a calle y poco a despacho; huele mucho a casa de campo y poco a palacio…
- Me preocupa que sea tan poco autorreferencial, y no le importe reconocer errores y valores en otros… “Para saber y acertar con el diálogo Fe-Ciencia lean el Magisterio de Benedicto XVI”.
- Me preocupa que le preocupe la paz, la convivencia de las religiones, las persecuciones de los cristianos, el fundamentalismo religioso (también el nuestro), el paro juvenil, el descarte de los viejos y los niños, el capitalismo atroz, la idolatría del dinero, ¡y hasta el fútbol como deporte que ennoblece y es lugar de encuentro!
- Me preocupa ver a un hombre mayor tan cansado con tantísima sabiduría por compartir y comunicar. Mi oración desde hoy: “Señor, dale salud y vida al Papa Francisco, pues tu pueblo lo necesita”.
- Me preocupa que meta en todo a Dios, en sus aciertos, en el mundo, en la naturaleza, en las relaciones y hasta ¡en la política! ¡Vaya definición nos ha dejado! “La más alta expresión de la caridad, pues busca el bien del otro”. Si no somos políticos, somos egoístas, si hacemos política pensando en nosotros, somos corruptos. ¿Debatirán de esto mañana en las Cortes y los Plenos de Ayuntamiento?
- Me preocupa, y me encanta preocuparme por un Papa que se hace tan tierno, cercano y amable que dan ganas de cogerle los mofletes, hacerle una carantoña y darle un fuerte abrazo de hijo.
- Y siento que me preocupa escribir a golpe de sentimiento, pero necesitaba hacerlo tras escuchar la entrevista de Henrique Cymerman al Papa Francisco en la Cuatro.
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