Francisco, sigue adelante
Hola, querido hermano Francisco, Obispo de Roma:
Desde que diste los primeros pasos después de tu elección, viendo el nuevo rumbo que pretendías dar a la Iglesia y por el que tantos años llevábamos suspirando, enseguida nos dimos cuenta de que ibas a tener una fuerte oposición a tu línea renovadora por parte del integrismo eclesiástico conservador, y enseguida te pedimos que no te parases porque iban a intentar reconducirte a sus posicionamientos.
Ahora con motivo del Sínodo de la familia se han manifestado a cara descubierta y te acusan explícitamente de adulterar la doctrina (su doctrina) de siempre sobre el la familia, el matrimonio, la sexualidad, el amor matrimonial, etc.
También de acusan de desvirtuar el papado, algo que ojalá se hubiera desvirtuado hace ya muchos años, pues su estructura y funcionamiento, desde hace siglos, está en abierta contradicción con el mensaje de Jesús.
Si te quieren “despellejar” como nos desvelaste hace unos días, somos muchos más los que desde lo mejor de nuestra mente y nuestro corazón te estamos arropando, comprendiendo, acompañando. No te preocupes porque somos muchos más los que estamos contigo, porque queremos una Iglesia en coherencia con el Evangelio, los que desde condiciones humildes e irrelevantes estamos contigo, a tu lado, esperanzados y gozando por tu coherencia y tu lucha por ser fiel al mensaje de Jesús.
Estos mismos días te acusan de comunista. No te importe en absoluto, porque lo harían exactamente igual o peor hoy con Jesús, pues los mismos conservadores de entonces lo acusaron de estar poseído del demonio, pero las muchedumbres lo seguían porque les daba una palabra de vida y esperanza, lo que estás haciendo ahora tu por la opción que estás tomando a favor de los pobres en la Alegría del Evangelio y denunciando el neoliberalismo antihumano y por lo mismo anticristiano, que causa tanto mal y tanto sufrimiento en el mundo a los más débiles. Los que durante largos años hemos intentado ser un poco coherentes con las Bienaventuranzas también hemos recibido muchas veces esa misma acusación, y seguimos aquí, y satisfechos de haberla merecido por esos mismos motivos. Es lo normal, pues el mismo Jesús ya nos lo dijo por delante en varias ocasiones: “Sabed que a mi me han odiado antes que a vosotros”...”El discípulo no está por encima de su maestro”... “Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. Dichosos seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por mi causa: estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros”.
Por tanto, hermano Francisco, sigue adelante, que aún te queda mucho camino por recorrer. Por ejemplo:
-Reconocer el papel, la dignidad y la equiparación de la mujer en la Iglesia en igualdad con los hombres y a todos los niveles, pues sabes muy bien qué trato dispensó Jesús a las mujeres, hasta el punto de ser para ellas sus primeras apariciones después de su resurrección, el hecho cumbre de su vida. Tienes que acabar totalmente con toda sombra de machismo en la Iglesia. Sabemos que lo tienes muy difícil.
-Despojar a toda la Iglesia de todo poder económico-político para que no sea de este mundo y sí sea plenamente para este mundo, campeona de la lucha por la justicia, la igualdad, la fraternidad y la solidaridad entre todos los hombres, a fin de que los más empobrecidos de este mundo encuentren en ella su mejor valedor, y sus opresores se vean denunciados, acusados y acosados por ella para que dejen de oprimir y de ser opresores entrando así en camino de ser del Reino de Jesús. En línea contigo, y por tanto con el Evangelio, no queremos obispos con coches incluso de más 30.000 €, ni en palacios o apartamentos lujosos de 400 metros (como uno recientemente jubilado en España), sino en casas normales y corrientes como las del pueblo sencillo. Te pedimos y necesitamos obispos que sean pastores y profetas, que con Jesucristo sean camino de luz, de verdad y de vida como tu, como lo acabas de hacer convocando en el Vaticano un encuentro mundial de Movimientos Populares, “porque quieres escuchar la voz de los pobres, los quieres acompañar en su lucha, que el viento de su protesta se convierta en vendaval de la esperanza mediante la creación una gran alianza de los excluidos”.
-Asumir un compromiso también incondicional con la Madre Tierra, hoy ya un pobre más entre los empobrecidos del mundo por la explotación inmisericorde que el neoliberalismo está haciendo de ella. Asumir un compromiso claro y nítido con la Ecología, que arranca ya desde el mismo Génesis, por la recomendación que Dios hizo al hombre: “guarda y cultiva la tierra”. Todos dependemos de ella: cuidarla a ella es cuidar al hombre.
-Restablecer el celibato opcional y prevenir así una de las posibles causas de la pederastia, pues un sacerdote casado y con hijos, sería mucho más respetuoso con los hijos e hijas de los demás como querría que los demás lo fuesen con los suyos. El que optase libremente por no casarse para estar más disponible en todo momento para los demás sería bien reconocido, si bien hay personas casadas plenamente dedicadas a los demás y que desarrollan una gran actividad y compromiso con los más necesitados (Vicente Ferrer en la India).
-Rehabilitar a tantos teólogos y pastores, que por ser coherentes con el Evangelio y la línea marcada por el Vaticano II, asumieron una opción preferencial por los pobres desde una clara incidencia social de cambio y denuncia de estructuras opresoras e injustas, contradictorias con el Evangelio, pero que por ser políticamente incorrectos con los poderes y posiciones vaticanos, fueron censurados, retirados de sus cargos y marginados injustamente.
-Restablecer a miles de sacerdotes casados para celebrar de nuevo sobre todo la Eucaristía, para cientos y cientos de comunidades cristianas que carecen de ella por falta de sacerdotes.
Mucha tarea, hermano Francisco. Por favor, no te desanimes, no te canses, sigue adelante, estás encendiendo en millones de creyentes una luz de esperanza. Por favor sigue alimentando esta luz, porque así todos tendremos más luz. Queremos ayudarte a extenderla. Cuenta con millones de personas que desde la mano en el arado queremos mirar contigo siempre adelante.
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