domingo, 30 de noviembre de 2014

LECTIO DIVINA- LUNES 1ª SEMANA DE ADVIENTO-B


Is 2,1-5: “Venid subamos al monte del Señor”
Mt 8,5-11: “Vendrán muchos de Oriente y de Occidente”

DICIEMBRE 1 

Al entrar en Cafarnaún, un centurión romano se le acercó para hacerle un ruego. Le dijo: “Señor, mi asistente está en casa enfermo, paralítico, sufriendo terribles dolores”. Jesús le respondió: “Iré a sanarlo”. “Señor -le contestó el centurión-, yo no merezco que entres en mi casa. Basta que des la orden y mi asistente quedará sanado. Porque yo mismo estoy bajo órdenes superiores, y a la vez tengo soldados bajo mi mando. Cuando a uno de ellos le digo que vaya, va; cuando a otro le digo que venga, viene; y cuando ordeno a mi criado que haga algo, lo hace”. Al oír esto, Jesús se quedó admirado y dijo a los que le seguían: “Os aseguro que no he encontrado a nadie en Israel con tanta fe como este hombre. Y os digo que muchos vendrán de oriente y de occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos”.

Preparación: Hasta el día 16 de diciembre, en la liturgia del Adviento se proclaman algunos textos del libro del profeta Isaías. Esos textos determinan la selección del texto evangélico. La visión de las gentes que suben hasta Jerusalén motiva hoy nuestra oración para que nos mantengamos en el camino de la fe y la esperanza.

Lectura:   El profeta Isaías vivía en Jerusalén. Como vemos, imagina y espera la peregrinación de los pueblos de la tierra que un día subirán a Jerusalén para escuchar la palabra del Señor. Del monte Sión los gentiles recibirán la luz para establecer las condiciones para la paz. Pues bien, según el evangelio un militar, seguramente pagano, se acerca a Jesús para pedirle la curación de un asistente suyo. Jesús alaba la fe de aquel extranjero que anticipa la gran peregrinación de los pueblos gentiles que vislumbraba Isaías. Ante los discípulos se abre la perspectiva de la universalidad de la salvación. Los hijos de Abraham no son solamente los que tienen su sangre, sino los que comparten su fe.

Meditación: Al celebrar los 500 años del nacimiento de Santa Teresa de Jesús recordamos unas palabras suyas, que bien pueden aplicarse a nuestro tiempo: “Está tan muerta la fe que creemos más lo que vemos que lo que ella nos dice”. El Adviento nos recuerda que la esperanza no puede reducirse a un mero sentimiento. Esperar es confiar. Y confiar es el fruto primero de la fe. En un tiempo de cansancio y de crisis, hemos de volver nuestros ojos al Salvador. Y orar confiadamente. La salvación sólo puede venir de él. Nos preocupa el dolor de la humanidad. Por eso imploramos la misericordia del Señor. El amor se manifiesta en obras. Y también en la seriedad de nuestra oración de intercesión, como nos indica el Papa Francsico en la exhortación “La alegría del Evangelio”.

Oración: Señor Jesús, todos conocemos muchos enfermos de cuerpo y de alma. Te recordamos la situación de nuestros hermanos abatidos por la enfermedad y el desaliento. Y también la angustia de todos los que son perseguidos tan sólo por ser cristianos. Confiamos en ti. Si nuestra fe es escasa, tu misericordia es abundante. 

Contemplación: Nuestra oración corre el peligro de ser demasiado interesada. Casi siempre llevamos a nuestra oración nuestras necesidades y deseos. También nuestros intereses. El tiempo de Adviento nos invita a abrir el corazón a la universalidad y a la solidaridad. Nuestra fe no puede tener fronteras. Como no la tenía aquella esperanzada peregrinación de los pueblos que ya soñaba Isaías.


Acción: Hagamos hoy silencio para contemplar la misericordia de Dios. Nuestra esperanza inspira hoy nuestra oración por las personas que sufren.  Las que están lejos de nosotros y las que viven a nuestro lado. Que la oración nos  lleve a proyectar compromisos concretos a favor de los que tienen pocas razones para esperar.
                                                                                     José-Román Flecha Andrés 

¡DESPIERTA!


viernes, 28 de noviembre de 2014

DOMINGO 1º ADVIENTO. Ciclo B


REFLEXIÓN -DOMINGO 1º DE AVIENTO- B 30 de noviembre de 2014


LA VENIDA DEL SEÑOR

“Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia” (Is 64,1). Ese  grito, que se encuentra en la tercera parte del libro del profeta Isaías, parece reflejar una situación de angustia y una gran esperanza. Y así es. Incluido en la primera lectura de la misa hoy, nos introduce de lleno en el espíritu del Adviento.
El profeta observa con preocupación la infidelidad de su pueblo. Son muchos los que andan extraviados. Dan muestras de tener un corazón endurecido. No invocan el nombre del Señor ni se esfuerzan por aferrarse a él. Lo admitan o no,  son víctimas de sus propias culpas. Pero el profeta reconoce que nadie hace tanto por su pueblo como el mismo Dios.
Por eso el profeta se dirige a él con una asombrosa confianza: “Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero: somos todos obra de tu mano”. Y le pide que rasgue los cielos y se haga presente con su salvación en medio de su pueblo. Un anhelo que recoge el salmo responsorial al repetir: “Ven a salvarnos… ven a visitar tu viña” (Sal 79).

LA ESPERA Y LA TAREA

 También en el evangelio que hoy se proclama aparece por dos veces la alusión a la venida del dueño de la casa (Mc 13,33-37).  Es muy clara e intuitiva esa breve parábola de Jesús. Nos presenta a un  patrón que se va de viaje, asignando una tarea a cada uno de sus criados y encargando al portero de la casa que esté atento para recibirle a su regreso. 
Como se ve, el patrón no señala al partir el momento en que volverá a su casa. Este dato es muy importante. Él es el dueño de la casa y no pretende desentenderse de ella. Es su casa y quiere encontrarla abierta al regresar de su viaje. Él es el señor y quiere que sus criados cumplan con su misión siempre y en todo momento.
La parábola tiene una aplicación inmediata a este tiempo de Adviento que hoy comienza en la Iglesia latina de rito romano. Este es el tiempo que nos recuerda nuestra vocación a la esperanza. Nuestra fe nos lleva a vivir aguardando la venida del Señor y la manifestación de su reino en la tierra. Pero no esperamos en la ociosidad. Se nos ha confiado una tarea concreta. 

EL SUEÑO Y LA VIGILA

Por tres veces aparece en el evangelio de hoy la exhortación a la vigilancia. El dueño de la casa sabe de sobra que la rutina en el trabajo y el olvido de las tareas pueden generar sopor y somnolencia. Pero es preciso mantenerse despiertos.
• “Vigilad, pues no sabéis cuándo es el momento”. Es verdad que no sabemos cuándo se manifestará en su plenitud el reino que esperamos. Además, sufrimos la tentación de olvidar la importancia definitiva del momento que vivimos en el presente.     
• “Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa”. Casi siempre creemos que hay que velar, porque tememos la venida del Señor como la amenaza de un castigo. Pero olvidamos que también se mantiene en vela quien espera a la persona amada.  
• “Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!” La exhortación de Jesús se dirige a cada uno de nosotros. No podemos vivir en la acedia ni en el pesimismo estéril, como dice el Papa Francisco. Esperar es operar. Aguardar la venida del Señor nos lleva a vivir  con generosidad la vocación al amor y el compromiso con la vida, con la verdad y la justicia.
 - Padre nuestro celestial, todos los días te pedimos que venga a nosotros tu Reino. Que tu espíritu nos mantenga despiertos para escuchar el Evangelio de tu Hijo. Y que la espera de su manifestación nos lleve a vivir en la fe y diseñar una sociedad más humana. Amén.
      
                                                                     José-Román Flecha Andrés



CORONA DEL ADVIENTO

LA CORONA DE ADVIENTO.

CADA DÍA SU AFÁN 30 de noviembre de 2014

                 LA ANCIANIDAD Y LA MEMORIA

El domingo 28 de septiembre de 2014 la Plaza de San Pedro se llenó de miles de ancianos.  Habían llegado de todo el mundo para celebrar una jornada organizada por el Pontificio Consejo para la Familia en honor de la tercera edad. Entre ellos estaba también el Papa emérito Benedicto XVI.
El Papa Francisco comenzó afirmando que “la vejez es un tiempo de gracia, en el que el Señor nos renueva su llamada: nos llama a custodiar y transmitir la fe, nos llama a orar, especialmente a interceder, nos llama a estar cerca de quien tiene necesidad…”
Su discurso se podría resumir en tres puntos que reflejan la situación actual de los ancianos y una lamentable actitud social ante ellos. En primer lugar recordaba a los ancianos que viven en el seno de la familia. Es esta una ocasión de gracia, puesto que “los ancianos, los abuelos tienen una capacidad para comprender las situaciones más difíciles”.
Aludiendo al salmo 128,6 añadía el Papa que “a los abuelos, que han recibido la bendición de ver a los hijos de sus hijos, se les ha confiado una gran tarea: transmitir la experiencia de la vida, la historia de una familia, de una comunidad, de un pueblo; compartir con sencillez una sabiduría y la misma fe: ¡el legado más precioso!”
Ahora bien, otros ancianos viven en residencias.  A ellas se refería el Papa Francisco diciendo: “Bienvenidos los hogares para los ancianos… con tal de que sean verdaderos hogares y no prisiones. ¡Y que sean para los ancianos y no para los intereses de otro!” Como para aclarar su pensamiento, añadía a continuación: “No debe haber instituciones donde los ancianos vivan olvidados, como escondidos, descuidados…”
Pero más interesante aún era la orientación pastoral que sugería: “Las casas para ancianos deberían ser los pulmones de humanidad en un país, en un barrio, en una parroquia; deberían ser los santuarios de humanidad donde el viejo y el débil es cuidado y protegido como un hermano o hermana mayor”.
En un tercer momento el Papa evocaba la categoría del descarte, que recuerda con tanta frecuencia: “¡Cuántas veces se descarta a los ancianos con actitudes de abandono que son una auténtica eutanasia a escondidas! Es el efecto de una cultura del descarte que hace mucho mal a nuestro mundo. Se descarta a los niños, se descarta a los jóvenes porque no tienen trabajo, y se descarta a los ancianos con el pretexto de mantener un sistema económico ‘equilibrado’, en cuyo centro no está la persona humana, sino el dinero. ¡Todos estamos llamados a contrarrestar esta venenosa cultura del descarte!”
El equilibrio al que el Papa se refiere con evidente ironía es, en realidad, el signo más claro de la pérdida de valores y del desequilibrio moral de nuestra sociedad. Con razón pudo concluir diciendo “Un pueblo que no custodia a los abuelos y no los trata bien es un pueblo que no tiene futuro… porque pierde la  memoria y se arranca sus propias raíces”.
                                                                    José-Román Flecha Andrés



viernes, 21 de noviembre de 2014

- TUVE HAMBRE Y ME DISTE DE COMER - C.Gabaráin

EL JUICIO FINAL,DE MIGUEL ÁNGEL


Entre abril de 1535 y octubre de 1541 Miguel Angel realiza una de sus obras maestras: el Juicio Final de la Capilla Sixtina. El fresco es de enormes dimensiones e incluye casi 400 figuras de las que se han identificado aproximadamente 50.
La zona superior de la composición, más de la mitad de la pared, está ocupada por el mundo celestial, presidido por Cristo como juez, en el centro de la escena, inicialmente desnudo y en una postura escorzada, levantando el brazo derecho en señal de impartir justicia y cierto temor a los resucitados. A su lado, la Virgen María, rodeadas ambas figuras por un conjunto de santos, apóstoles y patriarcas que constituyen el primer grupo circular. A ambos lados de este grupo central diferentes mártires, vírgenes, bienaventurados y Confesores de la Iglesia forman una segunda corona. En los lunetos superiores aparecen dos grupos de ángeles que portan los símbolos de la Pasión: la corona de espinas, la cruz y la columna, ofreciendo las más variadas posturas y reforzando la sensación general de movimiento.
A los pies de Cristo se sitúan dos santos que ocupan un lugar privilegiado: San Lorenzo, que porta la parrilla de su martirio, y San Bartolomé, con una piel que alude a su muerte, apreciándose en su rostro un autorretrato del pintor.
En la zona intermedia podemos encontrar tres grupos; en la izquierda, los juzgados que ascienden al Cielo mientras que en la parte contraria se ubican los condenados que caen al Infierno, ocupando los ángeles trompeteros el centro para despertar a los muertos de la zona inferior, que se desarrolla en el espacio izquierdo de este último tramo. En la zona inferior derecha hallamos el traslado de los muertos en la barca de Caronte ante el juez infernal Minos -la figura de la esquina con serpientes enrolladas alrededor de su cuerpo- y la boca de Leviatán.
La escena se desarrolla sin ninguna referencia arquitectónica ni elemento de referencia, emergiendo las figuras de un azulado cielo donde flotan con una energía y seguridad difícilmente igualables.

REFLEXIÓN- SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO - A

EL REY PASTOR
“Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas siguiendo su rastro…Voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío”. Ese es el comienzo y el fin de la primera lectura que hoy se proclama (Ez 34, 11.17). El profeta Ezequiel ha recriminado de parte de Dios a los malos pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos  y se aprovechan del rebaño.
 Por eso Dios promete arrebatar su rebaño de la mano de esos malos pastores y arrancar las ovejas de su boca. Y no sólo eso. Dios mismo promete cuidar de su rebaño y velar por él. Lo conducirá a los mejores pastos, buscará a la oveja perdida y sanará a las heridas y a las enfermas. A las fuertes y gordas las apacentará como es debido.
 Esas palabras podían ser comprendidas fácilmente por quienes escuchaban al profeta. Tal vez muchos de ellos se alegrarían de esa intervención del mismo Dios en la situación de corrupción en que vivían. Pero el profeta sabe que Dios es silencioso y bondadoso, pero no es imparcial.  El Pastor habrá de juzgar con justicia el comportamiento de unos y de otros. 

EL JUICIO DEL SEÑOR

 Al leer el evangelio que se proclama en esta fiesta de Cristo Rey (Mt 25,31-46) imaginamos sin duda el fresco del Juicio Final que Miguel Ángel pintó en la Capilla Sixtina. Esa impresionante escena nos lleva a examinar nuestro comportamiento diario. Pero este texto es sobre toda una reflexión sobre Jesús, su identidad y su misión, como se ve por los títulos que se le atribuyen.
• Jesús es el Hijo del Hombre y el hijo del Padre, cuya bendición y maldición pronuncia como una sentencia definitiva en el momento decisivo de la historia.
• Jesús es el Pastor,  que conoce con tal profundidad a sus ovejas y a sus cabras que puede separarlas justamente  de acuerdo con la índole y la conducta que han observado. 
• Jesús es el Rey y el Señor, que administra justicia de acuerdo con las acciones y las omisiones de los que deberían haberlo reconocido, acogido y socorrido durante su vida.
El texto sugiere todavía una reflexión inolvidable. El pueblo de Israel esperaba un Mesías que viniera a hacer justicia a sus gentes y a castigar a sus enemigos. Pero el texto evangélico anuncia que ante el Rey-Pastor se reunirán “todas las naciones”. El juicio universal del Señor se pronuncia sobre los que se sienten elegidos por él, y también sobre aquellos que no lo conocen. 

Y EL CRITERIO DEL JUICIO

Tras invitarnos a contemplar al Juez, el evangelio de hoy nos invita a volver la mirada a los que han de ser juzgados por él, a reflexionar sobre el criterio del juicio, y considerar el destino que les aguarda: a unos el Reino “preparado” para ellos, y a otros el fuego que no estaba en principio “preparado” para ellos.   
• “Venid benditos de mi Padre… porque tuve hambre y me disteis de comer”. Jesús había ya declarado una norma fundamental: “Quien a vosotros recibe a mí me recibe; y quien me recibe a mí, recibe a aquel que me envió” (Mt 10,40). El camino estaba claro. El juicio evidencia que algunos habían aceptado esa identificación de todo hombre con Jesús y con su Padre.
• “Apartaos de mí malditos… porque tuve hambre y no me disteis de comer”. El diálogo se repite. El criterio de la justicia no es la aceptación de unas verdades de fe ni el número y fervor de unas oraciones. El juicio consiste en examinar si los juzgados han comprendido que todo servicio de amor a los “humildes” era un servicio prestado a Jesucristo, el “hermano” universal.

 - Padre nuestro celestial, tú nos has preparado un Reino, como nos ha anunciado tu Hijo. Sólo nos pides que lo reconozcamos y ayudemos a él en los más frágiles y humildes de nuestros vecinos. Porque con ellos se ha identificado Jesús, tu Hijo y nuestro hermano, que vive y reina y nos espera por los siglos de los siglos. AmÉN
                                        José-Román Flecha Andrés

SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO. A


EL PAPA FRANCISCO RIFA SUS REGALOS

EL PAPA SORPRENDE DE NUEVO.
Los fondos recolectados serán para los pobres.



Lo

CADA DÍA SU AFÁN 22 de noviembre2014

EL CORRUPTO Y LA CORRUPCIÓN

El día 23 de octubre el Papa Francisco recibió en audiencia a una delegación de la Asociación internacional de derecho penal. En su interesante discurso el Papa fue tocando diversos temas sobre el primado de la vida y la dignidad de la persona humana, y se detuvo también a considerar algunas formas de criminalidad que menoscaban gravemente la dignidad de la persona y el bien común.
En este contexto, dedicó un espacio relativamente amplio al delito de corrupción. No deja de llamar la atención que lo asociara al fenómeno natural del proceso de muerte: “cuando la vida muere hay corrupción”.
Tras esa inquietante imagen introductoria, el Papa señala muy acertadamente siete características que distinguen al corrupto:
• “El corrupto atraviesa la vida con los atajos del oportunismo, con el aire de quien dice: ‘No he sido yo’, llegando a interiorizar la máscara de hombre honesto”.
• “El corrupto no puede aceptar la crítica, descalifica a quien la hace, trata de disminuir cualquier autoridad moral que pueda ponerlo en tela de juicio, no valora a los demás y ataca con el insulto a quien piensa de modo diverso”.
• “Si las relaciones de fuerza lo permiten, persigue a quien lo contradiga”.
• “La corrupción se expresa en una atmósfera de triunfalismo, porque el corrupto se cree un vencedor. En ese ambiente se pavonea para rebajar a los demás”.
• “El corrupto no conoce la fraternidad o la amistad, sino la complicidad y la enemistad”.
• “El corrupto no percibe su corrupción. Se da en cierto sentido lo que sucede con el mal aliento: difícilmente quien lo tiene se da cuenta de ello; son los demás quienes se dan cuenta y se lo deben decir”.
• “Por tal motivo, difícilmente el corrupto podrá salir de su estado por remordimiento interior de la conciencia”.
 La descripción parecerá demasiado pesimista solo a quien no haya padecido los efectos de esta lacra. Después de presentar a la persona, el Papa describe en cinco puntos la enfermedad que le aqueja y que afecta a toda la sociedad:
• “La corrupción es un mal más grande que el pecado. Más que perdonado, este mal debe ser curado”.
• “La corrupción se ha convertido en algo natural, hasta el punto de llegar a constituir un estado personal y social relacionado con la costumbre”.
• La corrupción es “una práctica habitual en las transacciones comerciales y financieras, en los contratos públicos,  en toda negociación que implique agentes del Estado”.
• La corrupción “es la victoria de las apariencias sobre la realidad y de la desfachatez impúdica sobre la discreción respetable”.
• “Sin embargo, el Señor no se cansa de llamar a la puerta de los corruptos. La corrupción nada puede contra la esperanza”.
Esta última frase nos invita a levantar la vista y a soñar un mundo nuevo, basado en la fraternidad y la justicia, en la transparencia y la responsabilidad. Los creyentes no podemos resignarnos a este mal más grande que el pecado.

José-Román Flecha Andrés

             





domingo, 16 de noviembre de 2014

HUMOR-EVANGELIO

                                        Publicado con el permiso de alejandro.palacios.alvarez@gmail.com

sábado, 15 de noviembre de 2014

DIOS NOS HA DADO GRANDES TALENTOS

PARÁBOLA DE LOS TALENTOS

33º DOMINGO TIEMPO ORDINARIO. A 16 DE NOVIEMBRE 2014


REFLEXIÓN-DOMINGO 33º del Tiempo Ordinario-A 16 de noviembre 2014


EL TRABAJO Y LA ESPERANZA

“Una mujer hacendosa ¿quién la hallará?…Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza” Merece la pena volver a leer este elogio de la mujer trabajadora que se encuentra en el libro de los Proverbios (31, 10-31). Se dice que estas palabras pueden aplicarse a la sabiduría, que es la fuente de la verdadera riqueza y de la felicidad.
 Pero este texto incluye también una alabanza al valor del trabajo humano, aquí reflejado en la dedicación de una mujer al esplendor de su casa y al bienestar de su familia, el trabajo es visto con frecuencia como una maldición. Pero bien sabemos cuánto dolor y disgusto ocasiona a la persona verse privada de él.
La imagen de la mujer trabajadora es un hermoso canto a las posibilidades humanas de colaborar con la obra divina de la creación. Esta imagen nos invita, además, a reflexionar sobre el trabajo vínculo social y familiar. Laborar es siempre colaborar. Y una gran parte de la felicidad que el trabajo comporta es precisamente la de servir al amor mutuo.  

LOS TALENTOS

 En el evangelio que se proclama en este domingo se recoge la parábola de los talentos. (Mt 25,14-30). Por su situación, entre la parábola de las doncellas invitadas a la boda y la profecía del juicio final, este texto se nos presenta como una preciosa lección sobre la esperanza cristiana y las actitudes que comporta.
Con demasiada frecuencia se ha acusado a los cristianos de vivir mirando al cielo, de forma que ignoran lo que ocurre en este suelo. Pero esa acusación no puede responder a la verdad. Como recordó el Concilio Vaticano II, la mirada orientada hacia el más allá no nos impide observar las realidades y los desafíos que se nos presentan en el más acá.
La esperanza cristiana no justifica la pereza del criado que ha recibido de su amo un talento y lo esconde en la tierra. Precisamente el que presume de conocer a su señor es el que no hace nada por aumentar el capital que le ha sido confiado. O por reclutar a otros hermanos para la vida del Evangelio, que eso es lo que significa negociar con los talentos recibidos.   

EL BANQUETE

“Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor. Como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante. Pasa al banquete de tu Señor”. Así habla el Señor a los criados que han redoblado los talentos que Él les entregó.
• “Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor”. Nosotros no somos los dueños del Evangelio. El Señor es el dueño, nosotros somos sus empleados. Estamos al servicio de Aquel que es  nuestro Señor. Él espera de nosotros que aceptemos fielmente su encargo.
• “Como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante”.  La Biblia presenta una y otra vez la fidelidad como uno de los atributos de Dios y de Jesucristo. Es también nuestra vocación. En realidad, toda nuestra fidelidad es bien poca cosa comparada con la suya.
• “Pasa al banquete de tu Señor”. El Señor no se deja ganar en generosidad. Nuestra fidelidad en las pequeñas tareas a favor del Evangelio recibirá un premio inefable. El banquete es la imagen adecuada para reflejar la felicidad de la intimidad con el mismo Dios.
 - Padre nuestro celestial, tú nos has encomendado los tesoros de tu reino, el anuncio del evangelio y la tarea de promover la fraternidad en esta tierra. Danos fuerza para cumplir tu encargo, puesto que así enciendes nuestra esperanza. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

José-Román Flecha Andrés







EL AFÁN DE CADA DÍA 16 de Noviembre 2014

CORRUPCIÓN Y RESPONSABILIDAD

Un clamor unánime critica la corrupción en que han caído muchas personas que debían dar ejemplo de honradez y responsabilidad. Ante algunos que se han atrevido a pedir perdón, se han alzado las voces de los que replican que la corrupción no es un pecado, sino un delito.
Estos se parecen demasiado a los que por no aceptar su pecado, se disculpan diciendo que ha sido sólo un error. Pero esa distinción es verdadera solo a medias. Es cierto que el pecado es siempre un error, por ser una traición a la verdad última del ser humano. Y es verdad que el pecado puede ser un delito, cuando está sancionado por las leyes.
Por otra parte, también puede haber errores que no son pecado, cuando no implican conocimiento, voluntariedad o libertad en quien actúa. Y hay delitos que no son pecado, cuando son injustas las leyes que prohíben una acción. Esconder a los judíos pudo ser un delito en el régimen nazi, pero no era un pecado.
Este no es un tema ajeno a la fe cristiana, que comporta el amor y el servicio a los demás. Al referirse a la acción política, el Concilio Vaticano II afirmaba que “la Iglesia alaba y estima la labor de quienes, al servicio del hombre, se consagran al bien de la cosa pública y aceptan las cargas de este oficio”.
A continuación recordaba la responsabilidad de todos los ciudadanos para que “eviten atribuir a la autoridad política todo poder excesivo y no pidan al Estado de manera inoportuna ventajas o favores excesivos, con riesgo de disminuir la responsabilidad de las personas, de las familias y de las agrupaciones sociales”.
Ahora bien, el texto conciliar no olvidaba tampoco recordar que “los partidos políticos deben promover todo lo que a su juicio exige el bien común” y afirmaba a renglón seguido que “nunca está permitido anteponer intereses propios al bien común”.
El Concilio nos invitaba finalmente  a “prestar gran atención a la educación cívica y políti­ca”, de modo que quienes vayan a “ejercer este arte tan difícil y tan noble que es la política, se preparen para ella y procuren ejercitarla con olvido del propio interés y de toda ganancia venal”.
Estas frases no pertenecen exclusivamente a los teólogos y moralistas cristianos. El conocido psicólogo norteamericano Karl Menninger ha afirmado rotundamente que el pecado consiste hoy precisamente en la irresponsabilidad colectiva.
El pecado de la corrupción no sólo afecta a los políticos. Son muchos los profesionales y los ciudadanos que han olvidado su responsabilidad social por atender a sus intereses particulares. La ley y la ética han de ayudarnos a todos a revisar nuestros valores. 
Habrá que promulgar leyes que impidan y castiguen los abusos que a todos nos escandalizan. Pero también habrá que favorecer  y promover la educación en valores morales, para que todos los ciudadanos percibamos la gravedad del mal y no tratemos de eludir nuestra responsabilidad social.

José-Román Flecha Andrés


miércoles, 5 de noviembre de 2014

Francisco, sigue adelante

 
Hola, querido hermano Francisco, Obispo de Roma:
Desde que diste los primeros pasos después de tu elección, viendo el nuevo rumbo que pretendías dar a la Iglesia y por el que tantos años llevábamos suspirando, enseguida nos dimos cuenta de que ibas a tener una fuerte oposición a tu línea renovadora por parte del integrismo eclesiástico conservador, y enseguida te pedimos que no te parases porque iban a intentar reconducirte a sus posicionamientos.
Ahora con motivo del Sínodo de la familia se han manifestado a cara descubierta y te acusan explícitamente de adulterar la doctrina (su doctrina) de siempre sobre el la familia, el matrimonio, la sexualidad, el amor matrimonial, etc.
También de acusan de desvirtuar el papado, algo que ojalá se hubiera desvirtuado hace ya muchos años, pues su estructura y funcionamiento, desde hace siglos, está en abierta contradicción con el mensaje de Jesús.

Si te quieren “despellejar” como nos desvelaste hace unos días, somos muchos más los que desde lo mejor de nuestra mente y nuestro corazón te estamos arropando, comprendiendo, acompañando. No te preocupes porque somos muchos más los que estamos contigo, porque queremos una Iglesia en coherencia con el Evangelio, los que desde condiciones humildes e irrelevantes estamos contigo, a tu lado, esperanzados y gozando por tu coherencia y tu lucha por ser fiel al mensaje de Jesús.
Estos mismos días te acusan de comunista. No te importe en absoluto, porque lo harían exactamente igual o peor hoy con Jesús, pues los mismos conservadores de entonces lo acusaron de estar poseído del demonio, pero las muchedumbres lo seguían porque les daba una palabra de vida y esperanza, lo que estás haciendo ahora tu por la opción que estás tomando a favor de los pobres en la Alegría del Evangelio y denunciando el neoliberalismo antihumano y por lo mismo anticristiano, que causa tanto mal y tanto sufrimiento en el mundo a los más débiles. Los que durante largos años hemos intentado ser un poco coherentes con las Bienaventuranzas también hemos recibido muchas veces esa misma acusación, y seguimos aquí, y satisfechos de haberla merecido por esos mismos motivos. Es lo normal, pues el mismo Jesús ya nos lo dijo por delante en varias ocasiones: “Sabed que a mi me han odiado antes que a vosotros”...”El discípulo no está por encima de su maestro”... “Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. Dichosos seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por mi causa: estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros”.
Por tanto, hermano Francisco, sigue adelante, que aún te queda mucho camino por recorrer. Por ejemplo:
-Reconocer el papel, la dignidad y la equiparación de la mujer en la Iglesia en igualdad con los hombres y a todos los niveles, pues sabes muy bien qué trato dispensó Jesús a las mujeres, hasta el punto de ser para ellas sus primeras apariciones después de su resurrección, el hecho cumbre de su vida. Tienes que acabar totalmente con toda sombra de machismo en la Iglesia. Sabemos que lo tienes muy difícil.
-Despojar a toda la Iglesia de todo poder económico-político para que no sea de este mundo y sí sea plenamente para este mundo, campeona de la lucha por la justicia, la igualdad, la fraternidad y la solidaridad entre todos los hombres, a fin de que los más empobrecidos de este mundo encuentren en ella su mejor valedor, y sus opresores se vean denunciados, acusados y acosados por ella para que dejen de oprimir y de ser opresores entrando así en camino de ser del Reino de Jesús. En línea contigo, y por tanto con el Evangelio, no queremos obispos con coches incluso de más 30.000 €, ni en palacios o apartamentos lujosos de 400 metros (como uno recientemente jubilado en España), sino en casas normales y corrientes como las del pueblo sencillo. Te pedimos y necesitamos obispos que sean pastores y profetas, que con Jesucristo sean camino de luz, de verdad y de vida como tu, como lo acabas de hacer convocando en el Vaticano un encuentro mundial de Movimientos Populares, “porque quieres escuchar la voz de los pobres, los quieres acompañar en su lucha, que el viento de su protesta se convierta en vendaval de la esperanza mediante la creación una gran alianza de los excluidos”.
-Asumir un compromiso también incondicional con la Madre Tierra, hoy ya un pobre más entre los empobrecidos del mundo por la explotación inmisericorde que el neoliberalismo está haciendo de ella. Asumir un compromiso claro y nítido con la Ecología, que arranca ya desde el mismo Génesis, por la recomendación que Dios hizo al hombre: “guarda y cultiva la tierra”. Todos dependemos de ella: cuidarla a ella es cuidar al hombre.
-Restablecer el celibato opcional y prevenir así una de las posibles causas de la pederastia, pues un sacerdote casado y con hijos, sería mucho más respetuoso con los hijos e hijas de los demás como querría que los demás lo fuesen con los suyos. El que optase libremente por no casarse para estar más disponible en todo momento para los demás sería bien reconocido, si bien hay personas casadas plenamente dedicadas a los demás y que desarrollan una gran actividad y compromiso con los más necesitados (Vicente Ferrer en la India).
-Rehabilitar a tantos teólogos y pastores, que por ser coherentes con el Evangelio y la línea marcada por el Vaticano II, asumieron una opción preferencial por los pobres desde una clara incidencia social de cambio y denuncia de estructuras opresoras e injustas, contradictorias con el Evangelio, pero que por ser políticamente incorrectos con los poderes y posiciones vaticanos, fueron censurados, retirados de sus cargos y marginados injustamente.
-Restablecer a miles de sacerdotes casados para celebrar de nuevo sobre todo la Eucaristía, para cientos y cientos de comunidades cristianas que carecen de ella por falta de sacerdotes.
Mucha tarea, hermano Francisco. Por favor, no te desanimes, no te canses, sigue adelante, estás encendiendo en millones de creyentes una luz de esperanza. Por favor sigue alimentando esta luz, porque así todos tendremos más luz. Queremos ayudarte a extenderla. Cuenta con millones de personas que desde la mano en el arado queremos mirar contigo siempre adelante.

PARROQUIA DE SAN FRANCISCO. HOJA PARROQUIAL. NOVIEMBRE 2014

 

           

BLOG DE LA PARROQUIA        http://psanfranciscovigo.blogspot.com.es/

 

 

SOLEMNE FUNERAL POR LOS DIFUNTOS DE LA PARROQUIA. 

 

Noviembre es el mes de todos los Santos que vencieron  en el combate de la fe. Y es la conmemoración de todos los difuntos. Por este motivo el día 2 de noviembre, Dómingo, a las 7.45 tendremos el funeral por todos los fieles difuntos de la parroquia, especialmente por aquellos que fallecieron en el curso pasado. Se Pronunciará su nombre y se orará por ellos.

 

NOVENA Y TRIDUO  A LA MEDALLA MILAGROSA.

 

 El día 19, miércoles, comienza la novena  de la Medalla Milagrosa. Los días 25, 26 y 27 de Noviembre se celebra el triduo. Lo predicará, este año el P. MIGUEL ANGEL PÉREZ VALDIVIESO, Franciscano y Párroco de esta Parroquia de San Francisco).

La Medalla Milagrosa es signo de la Bondad de Dios, de su cuidado hacia nosotros; un signo de amor y de la presencia de María.

Pidamos a la Virgen María la gran evangelizadora, su luz y su amparo.

 

ORDEN FRANCISCANA SEGLAR

 

            El día 17 de noviembre es la festividad de santa Isabel de Hungría, patrona de los hermanos franciscanos seglares (TERCIARIO). La parroquia se siente en comunión con ellos y agradece todos los servicios que prestan desde su carisma franciscano. En la parroquia existe un grupo importante. Tienen sus encuentros formativos los primeros y terceros miércoles de cada mes a las 6.30. El cuarto miércoles tienen asamblea general. Este año el temario a estudiar será la exhortación del Papa Francisco “Evangelii Gaudium,” La alegría del Evangelio.

Hacemos una llamada a toda la parroquia para que a través de esta orden religiosa que es la orden franciscana seglar, muchos feligreses se animen y  la conozcan. Para cualquier información diríjanse al Despacho Parroquial o al Hermano Ministro D. Antonio Raindo.

 

BAUTIMOS :  Forman parte de la Iglesia de Dios :Sara Juiz LLanes y Amanda Juiz LLanes, hijas de Miguel y de Sonia.

 

DIFUNTOS.- Se fueron a la casa del Padre: Esperanza Fernández Quintela y José Manuel Vázquez Díaz.

 

ANIVERSARIOS.-  La señora Josefa Vazquez Losada, el día 14 de noviembre a las 8.15. Antonio Domínguez Rodríguez, el día 21 a las 7.45 de la tarde.